-Se resuelve que la alcaldía de cabildo y regiduría de cabildo, porsu orden, inspeccionen los lunes y jueves, el potrero de la isladonde se guardan los caballos de la ciudad, para constatar si se cometen robos.
-El regidor Pedro de Mendieta se hace cargo del turno de fiel ejecutor.
- Se trata la nota del Gobernador Manuel de Velazco y Tejeda, del 31 de enero, referente a la entrada al Chaco que harán en mayo el Gobernador de Tucumán Esteban de Urizar, según carta fechada en Salta el 5 de enero y dirigida al Cabildo de Santa Fe, que adjunta, para repeler la invasión de los mocovíes, abipones y guaycurúes, que están asolando Corrientes, Paraguay, Salta y Jujuy, y cuyos ataques concluyeron por despoblar Concepción del Bermejo. Ante ese peligro, y el haber estado los indios, días pasados, a 12 leguas de la ciudad, provocando robos de caballos y la desaparición de los dos hombres que los cuidaban, razones por las que “se va despoblando el pago de Rincón”, se resuelve suspender el envío de tropas a la otra banda del Paraná para castigo de los charrúas, a fin de colaborar con la entrada al Chaco.
- El Maestre de Campo Antonio de Vera de Mendoza dijo que el día 27 del corriente a las dos de la tarde tuvo noticias, de que el Capitán Antonio Velásquez uno de los Capitanes nombrados para la guardia de esta frontera ha salido al cumplimiento de su obligación con su escuadra de gente que se componía de 18 hombres y se topó con indios enemigos en el paraje de los Calchines, siete leguas de esta ciudad paso de Rincón que sería como treinta o cuarenta indios, les mataron dos soldados y habiendo mal caído el cavo de ellos.
- Al cargo del Maestre de Campo Don Miguel Díaz de Andinos, ponen 100 hombres que esa misma tarde salió de esta ciudad con parte de ellos a un paraje distante seis leguas, y a quien las órdenes necesarias para servir y recuperar el robo de mas de ochenta caballos, y castigar la crueldad de enemigos, que tanto claman por el remedio a las repetidas muertes y robos que han ejecutado en estos últimos años y en tanta cercanía de esta ciudad, que en ella no en su chacras y estancias no hay ninguna seguridad. Por lo que sobran fundamentos para que este Cabildo atendiendo al reparo y conservación de esta República, diga que: es necesario que la ciudad tenga armas y municiones propias, 200 caballos en alguna isla en las cercanía, se fortifique las frontera como pasa en el Paraguay, Corrientes y Tucumán, en parte donde los soldados puedan observar al enemigo y para acudir con los socorros que pidiesen.
- Respecto de ser estas materias de tanta consideración, y por el desconsuelo en que se halla la ciudad y sus pagos con repetidas desgracias, respecto de hallarse en este Cabildo, el Maestre de Campo Francisco de Vera Alférez Real y Capitán Juan de los Ríos Gutiérrez Depositario General, para reconocer la frontera y las avenidas de los enemigos, delinear las fortificaciones, que deben hacerse.
- Son obecido los títulos del regidor propietario de Santa Fe, otorgadospor el gobernadoren lo político, que presentan los sargentos mayores Francisco de Noguera Salgado,Tomás de Noseda y el capitán Simónde Tagle Bracho, quienes juran y asumen.
- Se recibe una nota delcacique charrúa Juan de Yasú, en la que expresa su pesar porlosrobos de caballos cometidos a Andrés Pintado y José de Castilla, y porlas lesionesde un mozo español, de de la que es culpable su gente,"ofreciendo que de morir elherido, quitaría la vida al indio delincuente".
- Se decide agradecer sus expresiones dde pesar y e le ordenará laentrega del indio aborígen. En cuanto a las medidas para reprimirdaños, robos y muertes en los caminantes y enlos vaqueros, sera,nadoptadas para menjor ocasión
- Son obedecidos los títulos del Regidor Propietario de Santa Fe, otorgados por el Gobernador en lo político, que presentan los Sargentos Mayores Francisco de Noguera Salguero, Tomás de Noseda y Capitán Simón de Tagle Bracho, quienes juran y asumen.
- Se recibe una nota del cacique charrúa Juan de Yasú, en que expresa su pesar por los robos de caballos cometidos a Andrés Pintado y José de Castilla, y las lesiones de un mozo español, de que es culpable su gente, “ofreciendo, que de morir el herido, quitaría la vida del indio delincuente”. Se agradecerá sus expresiones y se le ordenará la entrega de dicho aborigen. En cuanto a las medidas para reprimir los daños, robos y muertes, en los “caminantes” como en los “vaqueros”, serían adoptadas en mejor ocasión.