A raíz del auto que lo compelía a hacerse cago de los oficios de regidorde 1er. voto y alférez real, Juan Domínguez Pereiro se presenta alcabildo. Lo hace con el hábito de la órden tercera de San Francisco,siendo conminado a presentarse como 'secuelas y no de religioso'.Este manifiesta que, razón de una promesa, no puede quitárselo. Pordicha causa el cabildo lo exime de sus oficios.
El capitán Pedro González Talaverano entrega al escribano el autodel día 5, dado por el superintendente a guerra Pedro Dávila Enríquez. Se notifican el teniente de gobernador Fernández Montiel Alonso yel alcalde Gabriel Sánchez de Ojeda. El primero lo acata y el segundose atiene a la prórroga reglamentaria para su respuesta.
El regidor Pedro González Talaverano, ante la ausencia del alcalde Cristóbal de Santuchos y el regidor Juan de Torres Pineda, proponela designación de alcalde y fiel ejecutor interinos. El alcalde licenciadoG. Sánchez de Ojeda sostiene que en la ciudad no hay persona capazpara el 1º de esos oficios, y que los regidores restantes han sido electos exclusivamente para esos cargos. Los 2 regidores presentes solicitan testimonio de la sesión para dirigirse al superintendentea guerra Pedro Dávila Enríquez.
El general Pedro Dávila Enríquez entrega la vara de alcalde de 2ºvoto al regidor Cristóbal Méndez, y la de fiel ejecutor al regidor Pedro González Talaverano, en tanto dure la ausencia de los titularesy mientras el gobernador no disponga otra medida.
Es obedecida la real cédula dada en Madrid el 24 de marzo de 1631,referente a la predicación de la Santa Bula, la cual se cumplirá deacuerdo con las instrucciones de su comisario.