- Ante la llegada de 60 soldados, de caballería e infantería, al mando del Capitán Cristóbal de Oña, y para resolver con mayor eficacia, son invitados a concurrir a la sesión los Maestres de Campo Francisco de Ziburu, Juan de Lacoizquetta y Pedro de Zavala; Sargentos Mayores, Pedro de Arizmendi, José de Aguilera, Pedro de Mendieta Zárate y General José de Rivarola. Opinan que la tropa enviada no es suficiente para coronar los fuertes del Paraná y Salado, ni para contribuir a repoblar las estancias, señalando que serían necesarias 150 plazas. El Teniente de Gobernador manifiesta la imposibilidad de efectuar una reseña general, en razón de que la mayoría de los vecinos se hallan fuera de la ciudad en las faenas de su subsistencia. Hasta tanto ello sea posible, se suspende determinar la situación del fuerte y forma de erigirse.
- Se reanuda la consideración de la ubicación del destacamento, y se resuelveno levantarlos tres fuertes hasta tanto que el gobernador provea los ciento cincuenta soldadosy los cuatro cañones pedidos. Los soldadosserán ubicados en una guardia, con galpón,corral y pozo, en el cnmediode la frontera. El teniente de gobernador propone efectuar una excursión,y se resuelve remitir al gobernador copia del acuerdo anterior y del
- Se reanuda la consideración de la ubicación del destacamento, y se resuelve no levantar los 3 fuertes hasta tanto que el Gobernador provea los 150 soldados y los 4 cañones pedidos. Los soldados serán ubicados en una guardia, con galpón, corral y pozo, “en el conmedio de la frontera”. El Teniente de Gobernador propone efectuar una excursión, y se resuelve remitir al Gobernador copia del acuerdo anterior y del presente. Con motivo de la falta de caballos, se entregarán a dichas tropas los 150 cedidos por los capitulares, y para aumentar su número, se pedirá donativo a los vecinos-
- Invitado a la reunión, el Capitán Cristóbal de Oña hace saber que, a pesar de no contar con gente suficiente, acatará las órdenes que se le impartan, solicita 6 hombres prácticos para correr, la campaña.
Ref. : Marca de la ciudad; Comercio
- Se levanta el punto a las causas civiles. Designaciones, Juez de Rentas: el alcalde de 1º, Padre y Juez de Menores: el Alcalde 2º; Mayordomo de ciudad: Capitán, Simón de Larramendi; Defensor de Menores. Sgto. Mayor Pedro de Urizar. Los Capitanes Ignacio Suárez de Cabrera y Luis de Saavedra asumen como Alcaldes de la Hermandad. Con la venia del cuerpo, y a su pedido, el Capitán Cristóbal Oña, Comandante de la Dotación, a fin deslindar responsabilidad, expone en Sala que los 90 caballos que tienen su tropa, los mas redomones y otos están flacos lo que le impedirá intervenir con éxito ante algún asalto. Manifiesta además, que el abasto de carne, proporcionado por el Teniente de Gobernador, está por concluirse. Los capitanes proponen cambiar a sus dueños los redomones y flacos por malos y buenos, y que los Alcaldes de la Hermandad soliciten un donativo. El Regidor propietario Melchor de Gaette dona 10 caballos más, y 50 vacunos. El Teniente de Gobernador considera insuficiente las providencias adoptadas, por lo que hace cargo de sus consecuencias. Pedro de Urizar asume como Defensor de Menores. El Capitán Simón de la Ramendi se hace cargo del oficio de Mayordomo de Ciudad, y, a su pedido, y en razón de no gozar de emolumento alguno, se le concede alguna pulpería
- El Capitán Cristóbal de Oña, Comandante del Destacamento, entrega una nota del Gobernador referente a la suspensión del fuerte que debió construirse en el “conmedio y laguna de Paiba”, y solicita la provisión de carne, tabaco y yerba para sus soldados. Los capitulares emiten sus opiniones respecto de la carnicería de propios y del compromiso del Cabildo para atender la mantención de la tropa. El Alcalde Tomás de Noseda ofrece 12 reses, y el Alférez Real expone su imposibilidad de entrega más animales. Se resuelve disponer la providencia de alguna manera, y que los 12 vacunos se destinen a la tropa que mudará la guardia de Rincón.