- Con la noticia del sucesos de las armas, por medio del Gobernador y capitán de estas provincias, el cabildo dispuso la celebración poniendo tres noches luminarias en toda la ciudad y el último día se cante misa de gracia, con asistencia de todos los religiosos, cantando el Tedeum, y se forme un carro para que salieran en el paseo, al cuidado del Capitán Don Gabriel de Arandia Alférez Real, no se pudo perfeccionar para la noche referida, se suspendió para el día que pareciere conveniente. Estando terminado se acordó se traiga a l as casas del Cabildo, para que salga el día Domingo en la noche del 31 del corriente, empezando la representación en las puertas de este cabildo, y por todos los conventos y calles acostumbradas. Se comete la diputación para la disposición y convite de su acompañante a dicho capitán Don Gabriel de Arandia y el Sargento Mayor Don Melchor de Gaete para que se ejecute con la mayor decencia que se pueda.
- Elección anual. Por unanimidad, resultan electos: Alcalde 1º y Juez de Rentas: Capitán Domingo de los Ríos Gutiérrez; Alcalde 2º Juez de Menores y Alférez Real en depósito: Marco de Toledo y Pimentel; Alcalde de la Hermandad de Paraná: Marcos Rodríguez; Alcalde de la Hermandad de Los Arroyos: Francisco de Loaysa y la Vera; Mayordomo: Francisco Baéz de Arce; Procurador General, y Defensor de Menores: José de Mendieta. Se reelige al Alcalde de la Hermandad de Paraná, M. Rodríguez, por el comportamiento que tuvo “y ofrecerse la fábrica de la Iglesia y ser necesario para ello”. El Teniente de Gobernador aprueba la elección, y asumen los firmantes. Por ausencia del Alcalde 1º electo, se hace cargo, interinamente de dicho oficio, el Regidor Juan de Zevallos. Se dispone citar a los restantes y elevar copia del acto al Gobernador para su aprobación.
- Se levante el punto a las causas civiles y ordinarias. El Alcalde 2º recibe el Real Estandarte, bajo juramento. El Capitán Domino de los Ríos Gutiérrez asume como Alcalde 1º. Se reitera la costumbre de que los Alcaldes Ordinarios saquen los pendones el Jueves y Viernes Santos. Se ordena pregonar el remate del matadero, e, ínterin, adoptar las medidas para la basto de la población. Se acuerda tomarle cuentas al Mayordomo anterior. Se dispone la visita de tiendas y pulperías. El Teniente de Dragones, Manuel Pestaña, por carta fechada en Buenos Aires, el 24 de diciembre último, solicita certificación de los servicios que prestó como Cabo del Destacamento de la ciudad, en tiempo del Gobernador Bruno M. de Zavala. Se le concede, acreditándose de verídica la relación que hace de su desempeño. El vecino Pedro Ignacio de Villanueva solicita de merced el cuarto de solar, ubicado en los ajidos, que hace más de 2 años se concedió a María Zapata. Se accede, en razón de que ésta “esta poblada en otra parte”.
- El Teniente de Gobernador informa que el cacique abipón Nerequeyí se ha reiterado en San Jerónimo, con su parcialidad, protestando los atropellos y muertes de “tres personas foráneas” que ejecutaron los indios de la misma nación que se apartaron de la reducción de la Concepción de Santiago del Estero. Participa que marchará en busca de dicho cacique, para su retorno o castigo, con la gente que ha podido apostar, en razón de que 2 compañías al mando de Pedro Acevedo se hallan en la frontera y jurisdicción de Buenos Aires, por orden del Gobernador, estimando que debe requerirse a éste la restitución de esas tropas. Hace saber que delega el Gobierno político y militar en el Alcalde 1º, y quedarán dos compañías, una en el fuerte situado en el frente de las poblaciones del río Salado, y otra en la ciudad. El Cabildo, acata las disposiciones del Teniente de Gobernador, y dispone la realización de un novenario al Patrón San Jerónimo, en solicitud de lluvia y buen suceso de las armas, cuyo costo se pagará con la limosna a recoger entre el vecindario, y a la que contribuirán, en primer término, los capitulares.
- En atención a la sugerencia que hizo el Teniente de Gobernador Francisco Antonio de Vera Mújica, sobre la restitución de los vecinos del Partido de los Arroyos que, al comando del Maestre de Campo, Pedro de Acevedo, están prestando servicios en la jurisdicción de Buenos Aires, se resuelve dar traslado del asunto al Procurador General para que haga las defensas pertinentes, “sin perder tiempo”. Se señala que la poca estabilidad de las paces con los indios hace necesaria la presencia de los vecinos para la “defensa de su patria”, y que Buenos Aires posee gran número de ellos para vigilar las fronteras.