- El Procurador General presenta dos peticiones. Por una informa que desde Córdoba penetran al pago de Coronda, aterrorizando a sus pobladores y robando las haciendas herradas, y pide la adopción de medidas. Y por la otra solicita la restitución de los vecinos de Santa Fe que se han radicado en Mendoza. Respecto de la primera, se resuelve solicitar al cabildo de Córdoba la averiguación de esos desmanes, el castigo para los culpables y la devolución de los animales robados. En cuanto a la segunda, se dispone requerir al Cabildo de Mendoza la restitución de dichos vecinos, con prohibición de hacer fletes a Córdoba y Buenos Aires, sino a esta ciudad. Ambas diligencias se cometerían a vecinos que viajen a dichas ciudades.
- A su solicitud, se le concede al Guardián de San Francisco, “por vía de limosna y sin gravamen”, licencia para hacer las cargas de sebo y 4 pelotas de grasas.
- El Alcalde Juan de Zevallos informa sobre la carencia “del más principal y primario mantenimiento de la carne”, y que no hay animales para el abasto, y solicitan se adopten urgentes medidas, pues la creciente del río impedirá el cruce de vacunos desde la otra banda del Paraná. Se resuelve pasar 400 vacas del rodeo del Maestre de Campo Antonio de Vera, y como se tiene noticia que el Capitán Nicolás de Estrella está a cargo de una tropa del Sargento Mayor Francisco Carvallo, destinada a dicho fin, se lo hará comparecer. Aquél manifiesta ser verdad, y ofrece 200 cabezas.
- A su pedido, se concede merced a Tomás Núñez, medio solar en traza de la ciudad.
- En razón de que dos tropas de la Compañía de Jesús están vaqueando en la otra banda del Paraná, se resuelve que el Alcalde Provincial, registre la campaña.
- Ante las recogidas que han efectuado unos vecinos de Corrientes, se resuelve designar Apoderados, en mancomún, en aquella ciudad, al Cura Vicario Mbro Ignacio de Ruiloba, Juan de Zamudio y Juan Eusebio de Chavez, e informar al Gobernador, “que va de camino” a dicha ciudad. El Alcalde Zevallos contradice la designación de los dos últimos por apreciar que no cumplirán debidamente su cometido.
- Por estar cerradas las vaquerías, no se hace lugar a la solicitud de Juan de Zamudio para recoger dos ... animales.
- El Alcalde Zevallos solicita confirmación sobre si le compete vigilar el desafuero de los vecinos, en razón de que el Teniente de Gobernador concede licencias para ello. Informa que ha hecho volver a 5 familias, y que en adelante no impedirá la salida de ninguno. Se le confirma la comisión, y se resuelve requerir al Teniente de Gobernador derive las solicitudes al cuerpo.
- Por permitir robos y excesos, se releva al Guarda de la otra banda del Paraná, designándose al Capitán Sebastián de los Ríos.
- Se considera el acuerdo referente al informe al Obispo “sobre las operaciones de su vicario”.
- El Procurador General entrega una petición en que presenta la escasez de ganado para el abasto, por la falta de animales y el impedimento de la creciente, que dificultará el paso desde la otra banda del Paraná. El cuerpo accede a su propuesta de tomar 500 cabezas de la tropa que recogió en los campos del Uruguay y Negro, el vecino de Buenos Aires Juan de Rocha. Se le abonaría 5 reales, que es el precio fijado en el remate de la vaquería.
- El Alcalde 1º informa que Juan de Rocha se negó a obedecer la entrega de 500 vacas para el abasto de la ciudad. Se ordena copiar las diligencias obradas para que conste el intento del Cabildo para solucionar el problema.
- No se hace lugar a la licencia para vaquear 2.000 cabezas en la acción de la ciudad, formulada por el Sargento Mayor Alonso de los Reyes, con ofrecimiento de 100 para las obras públicas y otras tantas para el abasto, en razón de estar cerradas las vaquerías. Los cabildantes expresan que las licencias deben otorgarse a vecinos, por estar continuamente dedicados a la defensa de la ciudad, a su costa. El Alcalde Zevallos refiere que algunos vecinos, con el pretexto de criar ganados, han sacado gruesas cantidades a otras ciudades y provincias, como el año anterior, y ahora los campos “se ven vacíos”.
- Por haberse vencido el plazo otorgado a Tomás de Urrutia para la entrega de los 100 animales para el abasto a que está obligado en razón de la vaquería que se le concedió por 500 cabezas, se resuelve apremiarlo para que las entregue o las pague en dinero.