- Ante la prórroga de 8 meses que el Gobernador concedió al Alguacil Mayor Roque de Herrera, a la licencia que por igual término le había otorgado el Teniente de Gobernador, “respecto de ser cosa extraña a las leyes y costumbres” y carecer el cuerpo de noticia de ella, se suspende la resolución hasta tanto informe el Teniente de Gobernador sobre su actuación en el asunto.
- El Alcalde 2º presenta un pedimento radicado en su juzgado por el cual Juana de los Ríos, viuda de Pedro Cacho, solicita que Francisco de Bracamonte subrogue la fianza que su esposo constituyó a su favor, en ocasión de asumir como Tesorero, a fin de dar por libres los bienes de sus hijos. El cuerpo accede, disponiendo las medidas pertinentes.
- El Alcalde 2º, ante los disturbios que provoca el Tesorero, solicita certificación sobre si es de propiedad de la ciudad la casa en donde el difunto Juan de Rezola construyó los corredores. No obstante saberse que el cuerpo, a pedimento del citado y del Maestro Diego Fernández de Ocaña, concedió permiso para dicha construcción, se resuelve buscar el acta pertinente para extender el testimonio requerido.
- Para celebrar a San Jerónimo, Patrono de la ciudad, se reiteran las disposiciones sobre el paseo del Real Estandarte, se ordena corrida de toros por 3 días, y se dispone el convite a los religiosos y elección de uno de ellos para el sermón.
- Atento a hallarse en la ciudad el Alguacil Mayor Roque de Herrera, y en razón de haber obtenido la prórroga de 8 meses de su licencia mediante “relación siniestra” , pues adujo ente el Gobernador autorización del Teniente de Gobernador, que éste reafirma no haberle otorgado, y por la omisión de dar cuenta de su pedido al Cabildo, y estar excedido en el plazo que fijan las leyes para ausentarse, el cuerpo decreta la vacante de su oficio, y la cesantía de su Teniente, Tomás López del Barco. De esta disposición se dará cuenta a la Real Hacienda, mediante testimonio del acuerdo.
- Debido a que el Tesorero se niega a dar testimonio del acuerdo de Real Hacienda, y bando respectivo, sobre continuación de la sisa en el vino y aguardiente, se resuelve”despachar poder a Buenos Aires” para que se haga la defensa conveniente.
- El Procurador General entrega al cuerpo una petición en solicitud de asegurar el abasto de carne a la población, proponiendo que se obligue a los vecinos que poseen ganados en la otra banda del Paraná dar animales para el matadero. Se resuelve pregonar las carnicerías, y facilitar, al que obtenga el remate, una escolta para que pueda asegurar los animales en paraje cercano a la ciudad. En caso de no presentarse ningún postor, se conminará a los que posean ganado a entregar y faenar reses en proporción a sus existencias y posibilidades. El Teniente de Gobernador declara que dará soldados para los pastores y leñadores.
- La otra petición del Procurador General, referente al miserable estado de la ciudad; desolación de los pagos, especialmente el de Coronda, el único que había quedado; riesgo del paso de Santo Tomé; y “otros puntos muy urgentes”, se posterga para otro acuerdo.
- Se pone a consideración la petición que el Procurador General presentó en el acuerdo anterior. En razón del miserable estado de la ciudad, estar “fallidas” sus rentas, la invasión que acaba de sufrir Coronda, el único pago que quedaba; las posibilidades de que Santa Fe corra la misma suerte que Esteco y Bermejo; y a fin “de sosegar los ánimos de los vecinos que vacilan en su mudanza”, se resuelve echar mano del último y único recurso que queda: abrir las vaquerías. Para ello, se remitirá al Gobernador testimonio de este acuerdo, y se le suplicará la aprobación de dicha medida. Entre tanto, se conceden algunas licencias para vaquear.