- El Procurador General informa sobre las continuas faenas de sebo, grasa y cuero que, desde hace 3 años, están efectuando en la otra banda del Paraná, Jacinto Flores, un indio de la Reducción de Santo Domingo Soriano llamado “Antoñuelo”, y un español de apellido Monzón, manifiesta que el 1º se vale de los charrúas, lo que ha movido a éstos a saltear los caminos. Solicita la designación de juez que le oiga la información, y recabar medidas al Gobernador. El cuerpo accede, y designa al Alcalde 1º. Se resuelve repetir al gobernador el pedido formulado por el Procurador General del año anterior sobre las embarcaciones que bajan del Paraguay. A su solicitud, se concede de merced a Pedro de Acosta el terreno que se le otorgó a Lorenzo Zerpa, por haber comprado la casa levantada en él.
- El Alcalde 2º informa que los oficiales de guerra pretenden que el sebo, grasas y otros géneros se vendan “en aquel pago”, impidiendo que lleguen a esta ciudad. Se resuelve dictar un auto, que publicará el Alcalde de la Hermandad, ordenando que los comerciantes, hombres o mujeres, no sean exhortados por los dichos oficiales ni Alcalde de la Hermandad, y que si algunos pobladores pretenden desertar, quedará a cargo del Cabildo el Escribano.
- A su pedido, se dispone pagar al Escribano Público, Gregorio de Alemán los $ 20 que salden de su salario.
- En la calificación de votos no se objeta a ninguno de los Capitulares, presentes y ausentes.
- En la visita de cárcel no se halla ningún preso, por haberlo “despedido” media hora antes, el Juez que entendía sus causas.
- Se pone punto a las causas civiles y ordinarias.
Obs. En blanco f. 133v
- Se trata la petición del Gobernador sobre desórdenes en los ganados de la otra banda del Paraná. Para evitar su extinción se resuelve exhortar al Rector del Colegio de S. E, de la Compañía de Jesús a suspender las licencias acordadas en su acción y su distribución en Corrientes. Además, ceso, a los que se suman los indios de Santo Domingo Soriano, amparados por los Charrúas. En cuanto a las faenas de sebo, grasa y corambre, se resuelve atenerse al auto del 7 de marzo de 1723, y sobre las vaquerías, solicitar al Gobernador su cierre por 6 años. A su pedido se concede merced a la vecina María Ibarra un cuarto de solar. El Alférez Juan de Lencinas, vecino, solicita de merced el sitio que fue del difunto Juan el zapatero. El alcalde 2º interino informa que fue requerido por el Ministro Juan Martínez del Monje, Vicario y Comisario de la Santa Cruzada sobre “cierta dependencia” que debía Francisco de Ziburu a Andrés de la Torre hace constar que el Notario actuante viste “hábitos clericales”, por lo cual ante cualquier violencia, recurrirá al Santo Tribunal.
- Por petición, Antonio Álvarez, “vecino de San Juan y natural de esta ciudad”, solicita licencia para extraer una partida de sebo con destino a aquella. El cuerpo se la concede por 3 carretadas, pero sin que la autorización “sirva de ejemplar”. El Teniente de Gobernador se opone, por cuanto se transgreden los autos de Gobernador, dictados a pedido del Gobernador y a fin de lograr la conservación de ganado vacuno, fue su pérdida, señala, acarreará “la ruina y despoblación de toda esta ciudad”, se resuelve elevar las actuaciones al Gobernador, para que decida a quién compete entender “en materia económica”. A fin de proveer de carne a la vecindad, se ordena sacar animales de los rodeos que tienen en la otra banda del Paraná, Esteban Marcos de Mendoza e Ignacio de Barrenechea, y de las tropas que están cruzando Antonio Márquez Montiel y Juan de Lacoizqueta. La custodia de los vacunos quedará a cargo del Teniente de Gobernador.
COPIA
- Copia del decreto dictado por el Gobernador Bruno M. de Zavala, en Buenos Aires, el 7 de noviembre, autorizando a Antonio Álvarez a extraer 3 carretadas de sebo, atento a lo resuelto por el Cabildo y lo informado por el Teniente de Gobernador de no haber escasez de ese producto, y “sin que sirva de ejemplo” esta disposición. Advierte al cuerpo que es de su obligación proponer lo que halle conveniente al bien público, y al Teniente de Gobernador mandar que ello se ejecute, y que en caso de no tenerse por satisfecha, ocurrir al Gobernador.