- El Procurador General expone que resulta perjudicial que haya una sola persona obligada para abastecer la ciudad, debido al calamitoso tiempo que se padece por la gran sequía del año, y solicita se conceda licencia a todo el que quiera carnear. Propone que un sujeto se haga cargo de conchabar peones y traer las reses, para lo cual se le asignará 3 reales por cabeza, el cuero y el sebo, y que 8 se entreguen al dueño del animal, o que los mismos criadores salgan a recoger los de sus marcas. Pide que aunque se adopte el 1º procedimiento, no se impida a dichos criadores, faenar y vender. El cuerpo revoca la manera que se practicaba la provisión de carne y acuerda autorización a que cualquiera pueda vender carne mediante animales de su propiedad, bajo la obligación de encerrarlos en el corral de la ciudad, dar aviso al Fiel Ejecutor y traerlos a vender a la plaza, o bajo de los portales en los días de lluvia. El decreto se hará conocer por bando.